El superpoder femenino en IT

¿Tenemos las mujeres consciencia de lo que somos capaces de hacer? ¿Cómo la sociedad y las prácticas machistas de hombres y mujeres afectan nuestro potencial? ¿Qué pasaría si cultiváramos nuestro potencial a partir de nuestras características como mujeres, y no a pesar de ellas?

Estas son preguntas que me hago con frecuencia. Como mujer, como mamá y como empresaria.

Me gustaría que las mujeres fuéramos más conscientes, y más temprano que tarde, de las enormes posibilidades que tenemos para transformarnos y transformar si entendemos en donde reside nuestro poder.

Hemos dado pasos agigantados para desarrollar esa conciencia, pero aún tenemos mucho por hacer. Nuestras emociones y sensibilidad son superpoderes que sanan, reparan y transforman, y que dan un sentido distinto a las nociones de desarrollo, autocuidado, bienestar.

En mi caso personal he constatado como cultivando esa conciencia todo puede cambiar.

Conectar con lo que somos, y amarnos intensamente nos hace darnos cuenta del infinito potencial que hay dentro de cada una, de lo realmente poderosas que somos cuando tenemos el valor de celebrarnos, de ser quienes somos sin miedos, y de dejar fluir el poder femenino que hay en el interior de cada una de nosotras. Cuando aceptamos quienes somos inmediatamente percibimos como el mundo es diferente porque estamos en él.

Tenemos una capacidad innata para lograr sacar lo mejor de los demás gracias a nuestra empatía, a la capacidad que tenemos para percibir lo que sucede a nuestro alrededor y con los demás, y de propiciar espacios abiertos y seguros para poder escuchar lo que los demás sienten o piensan. En otras palabras, estamos proponiendo una forma de relacionamiento basada en la cercanía y la solidaridad, diferente a la postura usualmente transaccional de las relaciones personales y laborales.

Quiero concentrarme en una característica especial y es aquella que se relaciona con la noción de comunidad.  Entender qué juntos se llega más lejos, y que la motivación de todos depende del bien-ESTAR, como la posibilidad de vivir en armonía entre lo que hacemos, pensamos y sentimos, y lo que queremos en nuestra vida personal y profesional. No me cabe la menor duda que una persona en bien-ESTAR, es una persona motivada, resiliente, comprometida y proactiva.

Desde hace un tiempo tomé la decisión de liderar para transformar y que eso significa que cuando conectamos con nuestra esencia, activamos nuestro potencial y, por experiencia, puedo afirmar que todo se hace más claro, más liviano, más simple, más humano.

Sí, somos transformadoras y líderes cuando esencialmente nos conocemos, identificamos nuestro potencial y lo ponemos al servicio del mundo. Sí, somos mujeres y no tenemos que ser otra cosa para sentirnos a gusto, seguras, tranquilas y en bien-ESTAR.

Sí, es el momento de seguir con mayor convicción que siempre.

Las invito a esta revolución.